top of page

Lo que he aprendido hasta ahora siendo emprendedor

Si bien en mi profesión me enseñaban a ser un hombre de negocios exitoso nadie me enseñó a ser emprendedor.  Aún luego de llevar siete años emprendiendo siento que no le he ganado a nadie, sólo a mí mismo y aún no se bien qué demonios estoy haciendo. Cuando entré a estudiar ingeniería comercial lo hice porque quería tener la libertad de hacer lo que quisiera: ser empleado en una multinacional o tener un puesto de huevos al lado de una carretera, pero no imaginé lo difícil que sería tener un puesto de huevos que funcione.

He intentado aprender de los varios errores que he cometido en estos años, para pasar de ser un emprendedor mediocre-que-cree-que-sabe a uno menos-mediocre-que-efectivamente-sabe-algo. Por lo mismo soy bueno dando consejos cuando veo que otros están partiendo o tienen que tomar una decisión importante por la que yo he pasado. Muchas veces los doy sin que me los pidan no de rockstar, si no porque yo lo habría agradecido en su momento , así que acá van algunas lecciones aprendidas.

Enfócate: tienes tres buenísimas ideas de negocio y ahora serás tu propio jefe ¿por qué no intentarlas todas al mismo tiempo y así tener más posibilidades de que una resulte? Mega error. Transformar una idea en un negocio requiere una enorme cantidad de esfuerzo físico y mental, de tiempo en planificar y ejecutar, de manejo y resolución de problemas complejos o cotidianos que ni imaginabas que podían existir. Tener tres ideas de negocio funcionando simplemente triplica el trabajo para una misma capacidad y, hasta dónde sé, no podemos multiplicarnos  (a excepción, claro, de este sujeto).

Es mejor hacer una cosa bien que tres más o menos, pues si te enfocas en una idea y no resulta, puedes con tranquilidad pasar a la segunda sabiendo que hiciste todo lo posible para que funcionara. En cambio si intentas las tres al mismo tiempo y ninguna resulta, no sabrás si fue porque eran malos negocios o porque no les diste el tiempo y esfuerzo necesarios.

El hecho de dedicarle menos horas a cada negocio extiende además el ciclo de aprendizaje para cada uno y hace que tome más tiempo descubrir si tiene o no futuro. Es menos costoso  en tiempo y dinero , descubrir que un negocio no funciona en dos meses en lugar de cuatro o cinco.

Separa las decisiones de negocio de las personales: Si piensas que renunciarás a tu trabajo y al mes siguiente ganarás lo mismo con tu emprendimiento, piensa de nuevo. Emprender es un camino difícil, dónde con alta probabilidad tu negocio no será rentable ni siquiera en seis meses.

Si necesitas que tu nuevo negocio te permita llegar a fin de mes, las decisiones que tomes tendrán ese objetivo cuando este debería ser asegurar la continuidad de la empresa y favorecer su crecimiento. Y es lógico ¿por qué reinvertirías todas las ganancias del mes anterior para comprar un mejor computador o gastar en marketing si necesitas pagar el arriendo de tu departamento o comprar los pañales de tu hijo?

Esperar que tu negocio mantenga tu nivel de vida le genera una presión extra en un momento en que necesita alcanzar su propia estabilidad, no la tuya. Reduce esa presión teniendo un fondo personal que te permita vivir con tranquilidad por los primeros seis o doce meses. Lo sé, suena difícil, pero si tienes la posibilidad de ahorrar antes de emprender, hazlo. Cada mes que vivas por tu cuenta será un mes de oxígeno para tu empresa.

Elige bien tu socio: tienes varios amigos con los que quieres hacer el negocio, los conoces hace tiempo y cada uno aportaría sus habilidades ¿qué podría salir mal? Pues ni te imaginas: una de las principales razones del fracaso en las empresas es por conflictos entre socios.

Una sociedad es como un matrimonio: necesitas alguien que complemente tus habilidades, conocimientos y personalidad, pero que comparta tus valores fundamentales. El emprendimiento pone a prueba a las personas, sacando lo mejor y lo peor de cada uno. Incluyéndote. Cásate con alguien con quien puedas llegar hasta el final.

¿Es mejor tener un socio? Sólo si posee habilidades por las que no puedes pagar o conocimientos y experiencia que son centrales en tu negocio. Si tu emprendimiento es informático tiene que haber un experto en programación entre los fundadores, pero si es una tienda en línea entonces no es esencial y puedes externalizar su desarrollo.

Lo perfecto es enemigo de lo bueno: Lo sé, quieres que tu logo sea innovador pero elegante, moderno pero serio, que haga que tus clientes se enamoren y que se luzca en una tarjeta de material chic-eco-friendly, sin importar si toma tres meses hacerlo. Olvídalo. Haz un logo que cumpla y empieza a usarlo ahora para vender.

No importa si tu producto, tu marketing, tus lineamientos de servicio al cliente, tus políticas de venta, tus reglas de comunicación interna, etc., no son exactamente como las sueñas, porque 1) mientras no las pruebes no sabes si funcionan y no las puedes mejorar, 2) tienes que moverte con rapidez pues cada día que pasa es dinero que quemas, y 3) tienes flexibilidad para cambiarlas, todavía no eres una mega corporación de mil empleados.

Mejor pedir perdón que pedir permiso: estás partiendo y no quieres cometer errores, mejor jugar seguro y desde un comienzo tener clientes felices y sin quejas. Bonito pero ¿a quién le vas a interesar si ofreces lo mismo que tus competidores? ¿Si tu tipo de producto o nivel de servicio es el mismo? Si quieres atraer clientes y encantarlos tienes que hacer las cosas distintas; hacer las cosas distintas implica arriesgarse y la mayoría de las veces eso requiere primero hacer cambios y luego ver qué pasa. Sí, esto puede salir espectacularmente bien o estrepitosamente mal, pero de eso se trata emprender: aprender rápido, y lo logras si te das cuenta pronto de lo que no funciona.

¿Y por qué no tomarse todo el tiempo para analizar en detalle si algo nuevo podría o no funcionar, estimar probabilidades de éxito y así tomar mejores decisiones? porque, nuevamente, estás contra el tiempo. No estoy diciendo que tus decisiones deban ser irracionales, sólo tómate el tiempo mínimo necesario para estar seguro de que lo que harás no es estúpido y hazlo. Básicamente di que sí. Luego, si algo no resulta, pides perdón y lo arreglas.

Vende como si se acabara el mundo: hace varios años mi padre me dijo algo así: en una empresa todos los roles son importantes, pero el que vende es el que trae la comida y sin comida ¿quién vive?

No pienses que si simplemente haces un gran producto o servicio los clientes llegarán solos. Deja de revisar tus correos, arreglar tu sitio web y postear en Twitter: sal a vender. Sal a vender desde el comienzo como si fuera lo único importante, porque al final lo es.

Además, el acto de vender te mantiene cerca de tus clientes y ellos son la mejor fuente de aprendizaje. Escúchalos, descubre qué necesitan, pregúntales cuáles son sus problemas, qué esperan de ti y cómo puedes mejorar.

Contrata sólo si no tienes opción: contrata sólo cuando lo necesitas para mantener a la compañía viva o cuando es indispensable para hacerla crecer. Externaliza si realmente es necesario, busca gente para proyectos específicos, o contrata un practicante pero no lo explotes, miserable. No necesitas una secretaria si nadie te llama o un community manager si no tienes audiencia.

Claro, suena bien decir “tengo 5 empleados”, pero sé realista, al principio apenas tendrás clientes. Cargarte de una planilla de sueldos es una trampa que te puede llevar a cerrar tu naciente empresa.

Si igualmente decides contratar personas, preocúpate de que estén felices. Empleados felices hacen un buen trabajo, el buen trabajo genera clientes felices, y clientes felices llenan tu cuenta bancaria.

Estás construyendo una empresa, no un proyecto: no basta con encargarse de las cosas entretenidas. Para que tu empresa funcione tienes que estar encima de aspectos legales, tributarios, contables, laborales, etc. Tómatelo en serio y preocúpate de ellos desde el comienzo, para que después sea más fácil solucionar tus equivocaciones en esas áreas ,  porque las tendrás, no te preocupes.

Quizás estos consejos te ayuden a comenzar y llegar a tener una empresa exitosa, pero lo más probable es que igualmente cometas muchos errores en el camino y fracases más de una vez. Y está bien, precisamente de eso se trata ser emprendedor.

Alejandro Harcha / Medium.com

35 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page