Una de las palabras más sonadas en el argot de los negocios y el mundo empresarial hoy en día es colaboración. Inclusive, en el mundo del coworking, la colaboración es uno de los pilares fundamentales bajo el cual el movimiento crece rápidamente. Sin embargo, creo que aun no hemos adoptado la colaboración como una filosofía de trabajo constante. Como cultura todavía se nos nota la resistencia a la colaboración. No hace falta más que echar un vistazo a nuestra Cámara de Diputados para evidenciarlo. El famosos chiste – o quizás anécdota – de los cangrejos mexicanos en la cubeta destapada refleja sin duda la poca cultura de colaboración en la que vivimos. ¿Pero qué es la colaboración y por qué es tan importante?
Por definición, la colaboración “es un proceso recurrente en donde dos o más personas u organizaciones trabajan juntas hacia un mismo objetivo compartiendo conocimiento, aprendizajes y construyendo consensos”. Ésta definición señala algunos aspectos críticos que vale la pena explorar. El primero es trabajar hacia un mismo objetivo. Si los involucrados están trabajando hacia distintos objetivos, no lo podemos llamar colaboración. En ocasiones, inclusive sin intención o por falta de alinearse, los miembros de un equipo terminan trabajando hacia distintos objetivos lo que da lugar a uno de los conflictos típicos de la colaboración. El segundo aspecto es la parte de compartir. Tenemos que estar dispuestos a compartir de nuestros recursos, sean los que sean, para que de verdad estemos colaborando. Aquí es donde como cultura cojeamos bastante. Queremos recibir antes que dar o inclusive sólo queremos recibir dando lo menos posible a cambio. Finalmente, a lo largo de un proceso colaborativo tendrá por fuerza que haber consensos. Es muy difícil colaborar con una persona que no está dispuesta a consensuar.
En términos generales, la colaboración es algo complicado. Y si es así ¿por qué colaborar entonces? La razón es muy sencilla. Por necesidad. La dinámica del trabajo está cambiando día con día y el mundo en el que vivimos se vuelve demasiado complejo. Colaboramos porque necesitamos compartir recursos, ideas o tener apoyo para poder llevar a cabo nuestros proyectos con éxito. Cabe aquí una observación importante. No nos dejemos llevar con la idea de colaborar por la colaboración misma. Existen condiciones para hacerlo. Debido a lo complejo de la colaboración, saber cuando colaborar es tan importante para el éxito como saber cuando no hacerlo. Si te encuentras trabajando en algún proyecto y te asalta la duda sobre si deberías involucrar a otras personas para colaborar con ellas, aquí están algunas razones por las cuales podrías considerar colaborar.
Formar un equipo. Si lo que necesitas es formar un equipo para que lleve a cabo el trabajo, la colaboración es indispensable. Para operar de manera eficiente, el equipo no tendrá de otra más que colaborar.Mejorar la comunicación. La colaboración puede ayudar a mejorar significativamente la comunicación entre personas .Necesitas habilidades de otras disciplinas. Una de las razones más importantes para colaborar y una de las más comunes. Colaboramos cuando necesitamos habilidades de alguien que nosotros o nuestro equipo no tiene.Intercambio de ideas. No solo colaboramos para hacer, sino también para pensar. El intercambio de ideas nos ofrece más alternativas de solución a nuestros retos.Más ojos, mentes o perspectivas. Una cabeza piensa más que dos, dos más que tres y así sucesivamente. La colaboración es fundamental cuando nuestro proyecto se beneficia de tener más personas involucradas.
Bajo muy pocas circunstancias podemos decir que la colaboración es sencilla. Sin embargo es una herramienta indispensable para navegar el mundo de hoy con éxito. Y como todas las habilidades o capacidades del ser humano, es algo que se puede – y se debe – desarrollar. Convertirse en un buen colaborador no se da por si solo, ni de la noche a la mañana. Necesita de mucha intención y de mucha práctica. Y sobretodo, de saber cuando es necesario colaborar y cuando no.
Patricio Ramal | NEVERMIND