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Comunidades y Responsabilidades

El tema de las comunidades es algo constante en nuestro día a día. Y es que la idea de formar una comunidad se refiere sobretodo a buscar personas con intereses comunes que buscan apoyarse, informarse o desarrollar una actividad o un fin en beneficio de un grupo. Vaya la palabra lo dice, tener algo en común. Es así que ahora hay comunidades casi para todo, por ejemplo: maratones, lectura de libros, videojuegos, comics, programadores, geeks, hackers, diseño, emprendedores, gourmet, catadores de vinos, etc. Al final casi todos buscamos pertenecer a un grupo afín a nuestros intereses.

Siempre me he preguntado como es que una comunidad funciona y quien la mantiene, y pienso que definitivamente debe existir un líder, ya que, sin líder o líderes la comunidad no sobrevive. Como todo, una comunidad es emocionante al principio pero ¿como hacer para que la flama nunca se apague?

Y es aquí donde constantemente nos cuestionamos porque algunas comunidades son exitosas y otras solo quedan en el intento. Y prácticamente es tan simple como que se mantengan los intereses por el bien de un grupo y no por el de los intereses de una persona en particular. Las comunidades deben ser espacios de diálogo y discusión, y que simplemente beneficien a todos y no solo a sus líderes. Es parte importante de entender que un grupo saldrá adelante a medida que siempre se vea por el bien de todos y genere un valor compartido.

Michael Porter define al verdadero valor compartido como el que se surge del empoderamiento de todos los individuos involucrados en un grupo, llámese una empresa, la comunidad en donde se desarrolla, los trabajadores involucrados, el gobierno y las partes interesadas, o incluso quizás hasta un grupo de caridad. Y es que la idea surge si tratamos de comprender que lo mas importante es ver por el bien común y desarrollar oportunidades para el apoyo de intereses generales o del grupo. Pero con los intereses también llegan las responsabilidades, y es que los intereses de una comunidad deben comprender y desde luego compartir valor con otras comunidades. El ciclo entre comunidades se completa cuando de valor compartido se trata.

Ahora bien, que esta pasando en nuestras ciudades, cuantos de nosotros somos miembros de una comunidad, ¿que es lo que compartimos y que valor le agregamos? Estas preguntas son un constante resonar en nuestro común colectivo. Lo más importante es reconocer que somos parte de una comunidad, no somos individuos aislados, somos parte de la ciudad; por ejemplo, en ocasiones somos ciclistas, peatones, o automovilistas. ¿Qué tanto actuamos nuestro papel en cada uno de los grupos en los que nos desenvolvemos, temporal o constantemente?. Y me refiero a actuar porque no siempre somos el mismo individuo y dependemos mucho de las circunstancias.

Entonces, si además de ser parte de un grupo “temporal” por así decirlo, tengo que tomar responsabilidad sobre mis actos si soy automovilista, y luego ciclista, o peatón. Pero además si pertenezco a una comunidad, tengo que ponerme en los zapatos solo por empatía y acuerdo; con el simple hecho de generar valor compartido. Ahora bien, si pertenezco a una comunidad en especifico, que tanto veo por los demás, aquellos que no son parte de mi comunidad pero que con mi actuar se ven beneficiados o afectados.

Las comunidades se generan por intereses comunes, pero al final todas se conectan de una u otra manera. Las personas no dejan de serlo al integrar una comunidad y otra, pero solo las personas son las responsables de generar interconexión, apoyo y el verdadero valor compartido. Y tu, ¿a cuantas comunidades perteneces? ¿cómo te apoyas de comunidades diferentes a la tuya? ¿cómo los apoyas?

Luis Othón Villegas | NEVERMIND

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