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El mañana no existe

Para muchas personas, los logros están de la mano de aspectos que la sociedad demanda, de la línea biológica sobre nacer, crecer reproducirse y morir. Y es que la vida de mucha gente depende de condiciones netamente establecidas por la sociedad o su cultura. El lograr algo va mas allá de una concepción sobre la realización de una meta, sea exitosa o fracaso.

Cumplir con las metas es el camino más laborioso, sean simples, determinadas por la sociedad o impuestas por uno mismo. Para empezar uno debe creer en el objetivo final, tener confianza en ello y construir todos los caminos posibles para su posible desarrollo y cumplimiento.

Pero ésta es la tarea difícil, muchos se quedan en la construcción de los caminos para lograr sus propósitos y pocos logran concretarlos. Es como construir un puente y dejarlo a medias en el cruce de un río. Y es que además la analogía viene mejor si pensamos que el río tiene un caudal agresivo. Pensemos por un momento en que la meta es terminar el puente pero construirlo sobre un río agresivo es el dilema, cómo hacerlo, cómo llegar al final sin ser arrastrado por la corriente.

El cumplimiento de metas es el camino mas arduo de lograr, pero depende netamente de cada individuo y del poder de confianza en si mismo. La anécdota de siempre es aquella en la que en una reunión se termina diciendo mañana lo hacemos. La palabra mañana involucra un concepto por demás engañoso o por lo menos deberíamos usarla correctamente. “Mañana” es un sustantivo que define por lo general a un periodo futuro. Pero igualmente indica un periodo del día desde la salida del sol hasta que entra la tarde. También es un adverbio relacionado con el futuro siguiente, digamos pues, el día siguiente al que hacemos referencia el día de hoy.

Y aunque este blog no es una explicación de los significados de una palabra, intentaré definir lo que el concepto significa en un contexto de negocios y lo que erróneamente pudiera significarle a muchas personas. La palabra mañana se usa para denotar algo que sucederá al día siguiente y punto, sin titubeos y que se demuestra con acciones, pero cuando hablamos del mañana en sentido generalizado para otros esa palabra puede significar: “en algún momento en el futuro”.

Algo parecido y que nunca he comprendido es la diferencia entre el ahora y el “ahorita” uno pudiera significar en este momento y otro puede significar “más tarde” o viceversa. Y bien, siguiendo con el famoso mañana, me doy a la tarea de revisar cuántas veces decimos mañana lo termino, mañana empiezo, mañana te llamo, mañana, mañana, mañana; y la definición especifica del significado real de la palabra queda en congelada en el tiempo, como si nunca se hubiera dicho o peor aún como si el mañana no existiera.

Y aquí viene la reflexión sobre el mañana y el cumplimiento de metas. Soy un firme creyente de que el usar la palabra mañana es engañosa y define únicamente postergar las cosas, las metas y los objetivos. El mañana solo debe servir como sustantivo y para aclararnos su uso como adverbio: mañana por la mañana o mañana por la noche. De ahí en más no debería haber otros mañanas, o por lo menos no aquellos engañosos, como: mañana termino o mañana empiezo.

Una de las mejores experiencias que he tenido con el uso de la palabra “mañana” fue literal cuando emprendimos, Patricio Ramal y yo el proyecto NEVERMIND. Y es que para nosotros, al momento de idear el proyecto, la palabra mañana nunca existió de manera figurativa, pero si literal. NEVERMIND surgió de una plática en un desayuno, Patricio platicaba sobre la nueva forma de trabajar en Nueva York – el coworking, y aunque el término me resultaba familiar, era algo que yo no conocía del todo.

La idea me pareció buenísima, y esa misma mañana (sustantivo) decidimos asociarnos para abrir un coworking. Al día siguiente comenzamos a buscar lugares, pensando desde luego en la logística que involucraría el proyecto y en todos los aspectos legales, de diseño, creación de marca, pero lo más importante, el modelo de negocios. En menos de dos meses comenzamos la remodelación del espacio, desarrollamos la marca y al cabo del tercer mes abrimos el lugar.

Ser arquitecto me ha permitido entender los negocios desde una perspectiva, digamos, creativa. La visualización general de los negocios desde la perspectiva del diseño te permite comprender desde una manera poco dogmática o metodológica cómo funcionan las cosas. Y es que aunado a la creatividad vienen las relaciones sociales, la productividad y sobre todo el trato con las personas.

NEVERMIND nos ha enseñado que el verdadero éxito no es el que se crea entre socios, sino de la relación entre el servicio, los clientes y sus negocios, el valor compartido y el “ganar ganar”. Todo a través de una filosofía en donde no se trata únicamente de ofrecer un servicio, sino de ofrecer oportunidades de crecimiento, colaboración, redes sociales y comunicación que crean modelos de valor que fortalecen la relación entre los clientes y sus negocios, pero sobretodo pensando en lo relevante e importante para la comunidad creativa y tecnológica de la ciudad.

En los últimos años escuchamos muchos proyectos, muchas ideas, cientos de emprendedores, y cientos de soñadores. El hecho es que la ciudad y el país necesita más de todos ellos, pero sobretodo de aquellos que se animan y hacen, no de los que solo platican lo que harán “mañana”. Está en cada uno de nosotros emprender algo, no se necesita mucho, el miedo debe desaparecer. Ya no podemos pensar que la limitante es económica, porque existen cientos de fondos en el país que apoyan a los emprendedores. El camino para emprender un negocio depende única y exclusivamente de cada individuo,  el hubiera no existe y el mañana no debería existir tampoco, el momento es aquí y ahora. ¿Que estás esperando para emprender tu camino? O estás esperando hasta mañana….

Luis Othón Villegas | NEVERMIND

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