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Hoy en día sólo tiene trabajo quién consigue inventárselo

La tecnología ha propiciado muchos cambios en los últimos años: entendemos y realizamos nuestro trabajo de una forma completamente distinta.

Podemos decir que la adaptación al cambio forma parte de la nueva cultura laboral. La celeridad con la que se suceden los avances en el mundo de la tecnología determina que profesionales de distintos ámbitos deban ser capaces de reinventarse una y otra vez.

A esta revolución tecnológica se suma otra revolución laboral y social, producto, en parte, del profundo cambio de mentalidad que la crisis económica internacional ha obligado a muchas empresas y trabajadores a llevar a cabo.

Esta nueva situación laboral nos hace pensar que empresas ofreciendo empleos escasean hoy en día, y seguirá así un tiempo indefinido. Por lo que toda persona inmersa en su edad laboral se ha de plantear dos situaciones: la primera es que le ofrezco a una empresa para que quiera contratarme (ofrecer talento), o la segunda opción que trabajo puedo inventarme y ser competitivo, es decir el emprendimiento o el autoempleo. Y de ahí el título de este post: hoy sólo tiene trabajo el que consigue inventarselo.

Las empresas reciben miles de curriculums al día, y con personas con mucha formación, pero lo que están buscando son perfiles que les aporte algo. Profesionales con iniciativa que les diga a las empresas, si hacemos esto, obtendrás este beneficio.

La “estabilidad” se presenta como un concepto “pasado”, y no sólo como valor opuesto a la inestabilidad que genera un panorama económico incierto como el actual, sino también y sobre todo por ser consecuencia del nacimiento de una sociedad cambiante que dificulta la creación de estructuras rígidas y “seguras”.

Ahora debemos preguntarnos, ¿es realmente tan negativo ese cambio o conlleva ciertas ventajas? Sin duda, hay algunas tendencias positivas que este “terremoto” ha hecho surgir, como el hecho de que hayan aparecido nuevos modelos flexibles y se hayan reformulado algunos sistemas de trabajo que considerábamos inamovibles. Ahora las estructuras son cuestionables y la mentalidad es más abierta y flexible, valores que favorecen la innovación.

Desistir de la comodidad y apostar por una nueva forma de entender la rutina laboral propicia la creatividad y sirve para abrir nuevas vías en el desarrollo de cualquier actividad.

Por otro lado, ante un panorama en el que la seguridad parece no existir, son muchas las personas que se han concedido a sí mismas la oportunidad de crear y desarrollar su propio proyecto. Las dificultades actuales y las duras condiciones en las se ven obligados a trabajar muchos individuos también han generado nuevas y productivas formas de colaboración. Las relaciones no son netamente “comerciales” sino que diversos perfiles apuestan por el intercambio de conocimiento y la colaboración para generar redes profesionales capaces de ofrecer servicios globales a sus potenciales clientes.

En esta nueva era, los centros de coworking están teniendo un papel pionero. Gracias a la tendencia colaboracionista que desde estas organizaciones se pretende fomentar, el autoempleo ya no conlleva necesariamente aislamiento y competitividad, sino que es posible trabajar por cuenta propia en un entorno enriquecedor en el que relacionarse con distintos perfiles y generar sinergias para crear proyectos colectivos.

Un paso decisivo para un cambio deseado: que en vez de “buscarnos la vida” podamos crearla a la medida de nuestros sueños.

Artículo escrito y publicado por Coworkingspain Magazine

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