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Introducción a la economía colaborativa

Desde que la crisis económica se esparció en el mundo, las personas alrededor del planeta han estado ideando formas de sobrellevar su situación financiera, a través del concepto de economía y consumo colaborativo. ¿Pero de dónde surgió esta revolucionaria concepción?.

Hace muy pocos años, antes del nuevo milenio, si una persona quería aprender otro idioma no tendría más remedio que pagar un curso o a alguien que le enseñase o si algún sujeto tuviera que usar un vehículo de manera urgente y no conociera a un individuo que pudiera prestarle su automóvil, no tendría otra solución que pagar el alquiler diario de un carro que solo necesitaría por tan solo unas cuantas horas.

Pero ahora, tan solo a un click de distancia, en la mayoría de los casos, es posible encontrar personas que estén dispuestas a intercambiar su conocimiento por la habilidades de otro individuo en iniciativas como los bancos de tiempo, o plataformas como Buzzcar que le permite a las personas alquilar su coche por breves periodos de tiempo.

El mundo se está transformando y de igual forma, los métodos en los cuales los miembros de la sociedad, logran obtener los bienes y servicios que en realidad necesitan y todo esto gracias al concepto de economía y consumo colaborativo.

Pero no se puede hablar de economía y consumo colaborativo como si se tratara de un nuevo concepto. De hecho, la idea de un comercio basado en la colaboración mutua era una de las bases fundamentales de las más antiguas sociedades, en donde la cooperación entre individuos y comunidades, era indispensable para la supervivencia de la humanidad, antes de que existieran las monedas en el mundo. Teniendo un pequeño renacimiento, miles de años después, en la década de los 60’s durante la época de la contracultura y el ‘Hippismo’.

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En la primera década del nuevo milenio, se ha visto como las necesidades económicas de las personas y las ventajas tecnológicas, han fomentado y permitido que los diferentes métodos de consumo colaborativo evolucionen con éxito.

Pero primero debemos tener claro qué es economía colaborativa y qué es consumo colaborativo, nociones totalmente relacionadas, pero no iguales.

Economía colaborativa

Es una estructura económica independiente, es decir, alejada del sistema financiero mundial, en donde prima el acceso a los bienes y servicios por encima de la propiedad de los mismos.

Este renovado sistema económico, que ha tomado fuerza durante los últimos años, se basa en tres principios fundamentales, en primer lugar y como su nombre lo indica, en la colaboración, es decir la búsqueda de un beneficio mutuo para los actores que intervienen en la transacción; segundo una conexión directa entre los pares, potencializada principalmente, por los avances tecnológicos que se han vuelto tan comunes y masivos durante el siglo XXI; Y tercero y último, por la anteriormente mencionada conexión entre pares, se experimenta un diálogo constante entre consumidor y vendedor, haciendo posible que las personas encuentren el bien o servicio que supla a la perfección sus necesidades.

La economía colaborativa no sólo impacta el consumo, entendido como la consecución de bienes, sino que también ha influenciado los sistemas de producción a través de tendencias como el «Crowdsourcing» o el «Open Source» y la financiación de proyectos a través del «Crowdfunding».

Consumo colaborativo

Por su parte, el consumo colaborativo, se refiere a todas aquellas formas de comercio puntuales en las que este tipo de economía se desarrolla en el mundo, para ayudar a los usuarios a suplir sus necesidades sin utilizar el sistema bancario como vehículo de pago, permitiendo a los usuarios, tener un gran rango de servicios y productos a su entera disposición a precios muchos más bajos que los que imponen las industrias basadas en las estructuras económicas tradicionales.

Proyectos como los conocidos Airbnb, para el alquiler de su casa a viajeros que quieren conocer el planeta, la creciente tendencia del carpooling en donde las personas pueden compartir su carro con otros ciudadanos, para llegar a su destino o los sistemas de trueques electrónicos que posibilitan otro tipo de comercialización que no involucra el uso de dinero y que además promueven el reducción, la reutilización y el reciclamiento de los recursos.

Desde la crisis del 2008, cuando el sistema financiero mundial empezó a colapsar, la economía colaborativa y sus distintas aplicaciones de consumo han venido tomándose, año a año, cada uno de los sectores industriales, a tal punto, que en el 2011 fue considerada por la revista TIME como una de las 10 ideas que cambiarán al mundo.

Sin duda alguna, la economía y el consumo colaborativo le están enseñando a las nuevas generaciones, que la vieja idea de consumismo, en donde era imperativa la propiedad de los objetos, ha terminado y está creando una sociedad más preocupada por las necesidades reales de los demás, en donde las personas se desprenden de elementos de su vida diaria para ayudar a alguien que les pueda dar un mejor uso.

Sergio Villaceves / Youmarketing.co

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