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¿Quién dijo miedo?

Hace poco escuché de Olga Dávila, curadora de arte, una frase que me hizo reflexionar y decía, ¿por qué tienes miedo a hacer algo mal? Quién te ha dicho que lo que has hecho hasta ahora ha estado bien. Pienso que constantemente nos cuestionamos varias veces todo lo que hacemos, lo que vamos a hacer y quizás lo que dejamos de hacer, y es que puede que la mayor parte del tiempo no hagamos nada porque simplemente nos da miedo.

El miedo es una reacción a la incertidumbre, la inseguridad, perder algo, sentirse vulnerable, perderse o sentirse incomprendido o inadaptado. Y es que a todos, en diferentes niveles, de alguna u otra manera nos ha invadido o invade el miedo. El miedo puede atacarnos en cualquier momento. En lo más íntimo de nuestros pensamientos muchas veces nos cuestionamos lo que hacemos y a veces nos paralizamos, o dejamos de hacer cosas simplemente por miedo. Pero ligado al miedo viene la culpa, por algo que hicimos o dejamos de hacer, quizás algo estuvo mal a nuestro criterio o de acuerdo al criterio de los demás, pero lo que puede ser peor es el hecho de supeditarnos a las ideologías de los demás y no a nuestro propio actuar o filosofía.

Lo principal es que debemos entender qué nos causa el miedo y cómo combatirlo. Y es que el miedo nos detiene y paraliza en nuestro quehacer cotidiano como en el trabajo, los negocios y hasta en nuestras relaciones sociales. Lo peor de todo es que nos limite a actuar y desarrollarnos profesionalmente. Por eso es importante comprender la raíz de nuestro miedo y enfrentarlo. Aquí algunos miedos comunes que debemos evitar y enfrentar tanto en nuestro actuar personal como el profesional:

1. Miedo a decir NO. El temor a negarse a hacer algo puede basarse en miedo al rechazo o ser juzgados. Se firme a tu intuición y a lo que tu humor indica. De verdad puede resultar frustrante el aceptar un encargo, tomar una posición,  una cita, verse con alguien, o aceptar algo que nos molesta o causa enojo y simplemente por quedar bien, pena o miedo decir que sí a algo que definitivamente debería haber sido no. Sino tienes tiempo para realizar un trabajo, no quieres hacerlo, no estás de acuerdo con la filosofía o gusto de tu cliente simplemente di NO, ya vendrán otros clientes, no te culpes por eso.

2. Miedo al fracaso. No hay peor idea que la del miedo al fracaso y no haberlo intentado. Es lógico que nos cuestionemos sobre el fracaso en cualquier cosa que emprendamos, un negocio, matrimonio, una sociedad, un producto, el trabajo etc., pero no hay peor fracaso que no haberlo intentado. Entonces el miedo no debe ser un freno para intentar algo. Si fracasas debes considerarlo como experiencia, por lo menos ya lo hiciste.

3. Miedo a equivocarte. Aquí vuelvo a la frase del principio, ¿y quién te ha dicho que lo que has hecho hasta ahora ha estado bien? Hazlo y si te equivocas por lo menos aprendiste. El miedo como en muchas otras ocasiones puede ser infundado, no lo pienses muchas veces, simplemente hazlo. Parte de la metodología del design thinking es el apartado del prototipaje, que simplemente significa hacer prototipos de algo, modelos o maquetas de un producto o servicio; intentarlo, repetirlo y hacerlo de múltiples maneras hasta lograr un resultado, sin miedo a equivocarse que para eso es el método de prototipos.

4. Miedo al rechazo. Muchas veces actuamos de manera complaciente, buscando la aprobación de nuestro jefe, del equipo de trabajo, de los amigos o de la familia. Esto nos lleva a generar miedos o culpas sobre la consecuencia de nuestros actos y filosofía. En el trabajo es importante reflexionar sobre lo que hacemos y como vencer nuestros miedos, podemos ser más creativos siendo nosotros mismos y demostrando con hechos nuestra filosofía simplemente con nuestro actuar y forma de ser. La importancia radica en ser uno mismo.

5. Miedo al coco. ¿En serio? ¡Ya crece! El coco esta en nuestra cabeza, el peor demonio es el que traemos a cuestas, y que nos limita a actuar y emprender algo. Olvídalo, elimínalo de tu cabeza. Actúa sin miedos, di no a lo que no te gusta y si a intentar todo, nada pierdes; siempre y cuando no perjudique tu salud ni afecte a los que te rodean, pero  muévete y emprende sin miedos.

En realidad todo depende de nosotros mismos, de nuestro actuar y pensar. Sé que a todos nos afectan los miedos, nos generan inseguridades y nos provocan frustraciones, pero está en nosotros identificarlos y combatirlos. Lo importante es conocernos a nosotros mismos y saber en qué momento actuar cuando una situación nos cause miedo. Hace algunos años me enfrenté al miedo en mar abierto y nadando con tiburones blancos, y no fue sino hasta que pude verlos a un metro de distancia cuando literalmente encaré mis miedos. Luego te das cuenta que lo que no te mata te hace más fuerte. Cada reto cumplido es un recordatorio sobre lo que se puede lograr encarando de frente nuestros propios miedos.

Luis Othón Villegas | NEVERMIND

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